El paralímpico Josh Sweeney

Entrenamiento con propósito: el paralímpico estadounidense Josh Sweeney

Los Dolomitas del Véneto, en el norte de Italia, no son un lugar en el que se pueda esperar encontrar a Josh Sweeney.

Sweeney creció en Phoenix, Arizona, rodeado de arena, sol y calor. Nada más terminar el instituto se alistó en el Cuerpo de Marines, donde sirvió como francotirador explorador en Afganistán. Esa misma arena y ese mismo sol se convirtieron en el telón de fondo del día que cambió su vida: un artefacto explosivo improvisado le dejó amputado bilateralmente a los 22 años.

Pero lo que parecía el final se convirtió en el principio de algo nuevo: la oportunidad de representar a su país de otra manera.

Sweeney espera competir por Estados Unidos en los Juegos Paralímpicos de 2026 en esquí nórdico. También confía en unirse al Team USA en Los Ángeles 2028, compitiendo en paratriatlón.

Sin embargo, para llegar hasta ahí hace falta formación, y no de cualquier tipo.

Del campo de batalla a las pistas

De niño, Sweeney no se consideraba un atleta. Se mantuvo activo, jugando al hockey sobre hielo con amigos y haciendo viajes ocasionales a las pistas de Flagstaff. 

"Yo no diría que era atlético", dice. "Era más por diversión, por la camaradería y por formar parte de algo".

Tras su lesión en Afganistán, el deporte adquirió un significado diferente. Lo que empezó como terapia física pronto se convirtió en una forma de recuperar la confianza en sí mismo y experimentar la camaradería que tenía en los Marines. 

Encontró esa oportunidad a través del hockey sobre trineo. En pocos años, Sweeney formó parte del equipo estadounidense de hockey sobre trineo en los Juegos Paralímpicos de 2014 en Sochi, donde marcó el gol que dio la victoria al equipo estadounidense. 

"El deporte fue una parte enorme de mi recuperación: física, emocional, mental, todo", dice Sweeney. "Poder volver a representar a mi país después de lesionarme fue enorme.

"Poder contribuir a mi equipo de esa manera es lo que siempre he querido hacer", afirma.

Cuando terminó su época de jugador sobre hielo, Sweeney buscó nuevos retos. Empezó a hacer cross-training, luego compitió en triatlones y más tarde descubrió el esquí nórdico y el biatlón tras mudarse a Idaho. La transición le resultó natural. 

"La mecánica es muy parecida", explica. "En el hockey sobre trineos te impulsas con las dos manos, y en el esquí haces lo mismo con los bastones. Simplemente encajó".

Sweeney compitió en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2022, y terminó en la mitad del pelotón. No era el resultado que esperaba, pero cambió su mentalidad. "No todo el mundo vuelve a casa con medallas", dice. "Pero yo lo hice lo mejor que pude y representé al país lo mejor que pude".

Entrenamiento para dos sueños paralímpicos

Equilibrar el entrenamiento para los deportes paralímpicos de invierno y verano no es tarea fácil. El esquí nórdico exige resistencia y potencia en la parte superior del cuerpo. El triatlón exige eficacia y velocidad en tres disciplinas: natación, ciclismo manual y carreras en silla de ruedas.

"Realmente no hay tiempo libre", dice Sweeney. "En cuanto termina la temporada de esquí, me pongo en modo triatlón. Luego, en cuanto termina el triatlón, vuelvo a esquiar. Nadar es lo único que puedo hacer durante todo el año y que me ayuda con ambas cosas."

Hace tiempo que Sweeney se siente fuerte en el agua. Nadaba de niño, y esa confianza le acompañó durante su estancia en los Marines. Tras su lesión, redescubrió su amor por el agua. Era un lugar donde se sentía bien, moviéndose libremente y sin limitaciones.

"Me encanta nadar porque me permite moverme en una zona casi ingrávida", dice. "No siento la atracción de la gravedad ni estoy sentado en mi silla. No necesito equipos de adaptación. Puedo ponerme un bañador y listo".

Encontrar la libertad en el agua

Cuando Sweeney empezó a entrenarse para el paratriatlón, pronto se dio cuenta de que el acceso a una piscina podía ser tan difícil como los propios entrenamientos. Las pistas públicas solían estar abarrotadas o cerradas, y los conflictos de horarios alteraban su ritmo de entrenamiento.

"Me presentaba en una piscina y a veces ni siquiera podía entrar", dice. "Ya nadaba tres veces por semana, pero necesitaba más. Necesitaba tiempo en el agua si quería ser más rápido".

Las prácticas en aguas abiertas también presentaban desafíos únicos. Sin piernas que le sirvieran de timón, Sweeney se desviaba del rumbo en lagos o ríos. 

"Mantenerse recto en aguas abiertas es difícil", explica. "Sólo necesitaba una forma de entrenar que me ayudara a mantener la forma y ganar velocidad".

En su búsqueda de una opción más sostenible, Sweeney empezó a explorar las ventajas de un swim spa.

Un spa diseñado para rendir

Sweeney se sintió atraído por el H2X Challenger 15D, un spa de natación fabricado por Master Spas, con sede en Indiana. Diseñado para el fitness, el ocio y la recuperación, el spa Challenger crea una corriente de agua suave y potente sin inyección de aire, que proporciona la sensación de nadar en aguas abiertas.

"Me encanta que no tenga aire en los chorros", dice. "Quería sentirme como si nadara en aguas abiertas de verdad, como cuando estoy en el lago. El Challenger 15D me lo da".

Tener el spa de natación en su casa de Idaho significa que Sweeney puede entrenar siempre que su horario se lo permite, durante todo el año. Ahora puede nadar de cuatro a cinco veces a la semana, combinando sesiones de resistencia con fáciles sesiones de natación de recuperación después de largos entrenamientos o sesiones de levantamiento de pesas.

"Ha sido muy útil para mi entrenamiento", dice. "Puedo meterme en la piscina y nadar 30 minutos sin preocuparme por el carril o el tráfico. Me ahorra tiempo, pero también me ayuda mentalmente. Puedo concentrarme en lo que tengo que hacer, cuidar de mi cuerpo y seguir estando presente con mi familia."

Pero es algo más que una herramienta de entrenamiento. Los dos hijos pequeños de Sweeney suelen acompañarle en el agua. 

"A los niños les encanta nadar contra la corriente y dejarse llevar por ella", dice riendo. "Podemos jugar, chapotear y aun así llegar a casa a tiempo para acostarnos".

Construir el futuro

Mientras Sweeney se prepara para sus dos próximos Juegos Paralímpicos, el Challenger 15D se ha convertido en parte de su ritmo diario. Le ayuda a entrenar de forma más inteligente, a recuperarse más rápido y a ser constante con su rutina de natación.

"Esta asociación con Master Spas me da confianza", dice. "Me está dando las herramientas que necesito para tener éxito, no solo en la competición, sino en la vida".